Así que brindemos ahora vieja amiga: que acabe este otoño y resuelva el misterio del eclipse en tu pecho, que aún no nos rendimos. De la noche aprendimos viejos sortilegios que ayudan a conjurar al reloj y sus espectros.
Fuerzas mi niña. Yo tengo mi fé clavada en vos. No todo está perdido... te lo dice una personita vencida u.u
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